Existen tantos tipos de mediadores como número de estos. Cada uno es una clase. Deseo que lo que la mediación de seguros pierde en la falta de unidad, lo gane en la diversidad que supone ser cada profesional diferente. Tanto lo que pierde la mediación en general, como lo que lo hace cada uno en particular, más en el contexto socio-económico hacia el que nos encaminamos, es más de lo que muchos podrán soportar. Tengo mis dudas que el beneficio obtenido en la diversidad de la profesionalidad particular, pueda compensar la falta de acuerdo común frente al avance económico y la centralización que pretenden los grandes distribuidores.
El nuestro es un negocio cómodo, en cuanto a estocaje, almacenamiento, inversión. Pero muy incómodo y complicado sobre la gestión personal individualizada del cliente, conocimientos técnicos, cumplimientos normativos y desarrollos estructurales. El profesional corredor de seguros debe de contar con una alta aceptación del fracaso; capacidad de relativizar las versiones; preparación especializada en materia de seguros, economía y legislación; concepto desinteresado de intermediario; y, fundamental y principalmente, una elevada y constantemente renovada ilusión, convertida en pasión por lo que hacemos básicamente: defender los derechos e intereses de los asegurados.
No tardando mucho me di cuenta que las casi cuatrocientas corredurías que forman CIAC, a través de sus asociaciones correspondientes, soportan en su ADN esas características fundamentales que diferencian al corredor profesional del que no lo es y al corredor en general de otras formas de mediador de seguros. Me impliqué con esta coordinadora desde el mismo momento que comprendí que la esencia de la misma radicaba en la defensa del consumidor final del producto seguros, porque defendiendo y consolidando al pequeño y mediano corredor de seguros estamos defendiendo a la figura independiente dentro de la mediación de seguros cuyo único argumento de vida es proporcionar asesoramiento constante y argumentado en el sentido de la defensa del patrimonio de nuestro cliente: el asegurado.
Agradezco sinceramente a Eduardo Bernardo, Carlos Lluch, Enrique Magdalena, Paco Hoya, Santiago Macho y Tino Pastor, que se reunieran y materializaran la magnífica idea que es CIAC.
No corresponde hablar de acciones emprendidas, ni logros y objetivos conseguidos, porque todos ellos forman parte de un trabajo constante de todos los que temporalmente vamos formando parte de CIAC. Prefiero resaltar la trascendencia equitativa que tiene cada una de las asociaciones que la componen, por ende la de las personas que las representan, dentro de esta coordinadora, donde apostamos por ser humanos y dejar de ser números, para de igual forma filtrarlo así hacía nuestros clientes. Destaco, sin pretensiones ni vanidad, que en la Coordinadora Independiente de Asociaciones de Corredores de Seguros se ponderan la calidad y cualidad frente a la cantidad, porque eso redunda en la profesionalidad y en el objetivo final de quien quiera ser buen profesional, y que vengo señalando a lo largo de todo este relato: defensa de derechos e intereses lícitos del asegurado.
A lo largo de mi presidencia en CIAC me han brindado la oportunidad de compartir y colaborar con entidades y asociaciones representativas del sector: ADECOSE, AUNNA, Consejo General de Mediadores de Seguros, FECOR. Agradezco, en nombre de CIAC, estas oportunidades de acercamiento y de entendimiento global a sus presidentes: Martín Navaz, Santiago Macho, Elena Jiménez de Andrade, primero, Reinero A. Sarasúa, después, Maciste Argente y su sucesor Juan Antonio Marín. Y, como despedida, les lanzo un ruego: cedamos en lo particular en beneficio del colectivo. Podremos avanzar como flota (y de esto sabemos mucho en el sector), como cabezas individualizadas solo encontraremos dificultades que nos abocarán al desistimiento.
Me llevo recuerdos personales inolvidables, en maravillosas reuniones donde los integrantes de CIAC, representantes de cada una de las asociaciones componentes, trascendían de su categoría profesional para fundirla con la personal y así disfrutar de las personas plenas: aquellas que ponen el corazón en lo que hacen y expresan. Pienso que he sido afortunado por estar ahí, por completarme con compañeros de casi todas las partes del plano nacional, y tengo intención de seguir haciéndolo mientras tenga cabida en el equipo de gobierno. Tengo la certeza que a los demás integrantes de éste les sucede lo mismo; así, la fortuna compartida se multiplica. Y ese pequeño milagro se extiende a todos aquellos que representamos, en la medida que desean contagiarse, y la pasión que ponemos en lograr nuestro ya más que comentado objetivo final.
Quiero agradecer, con la misma ilusión y pasión que lucho por alcanzar nuestro objetivo, la compañía, humanidad, esfuerzo y sacrificio de todos mis compañeros en esta nave, todavía en construcción, pero con muy buenos cimientos. Miembros de la junta directiva de CIAC, compañeros convertidos en amigos.
Para cerrar, voy a hacer uso de esa pequeña inocencia que aporta la pasión, voy a suponer que este escrito va a llegar aunque sea a una sola persona que no pertenece al sector. A esta le voy a realizar un ruego: cuando contrate sus seguros a través de un mediador, por favor, infórmese de que figura representa éste, si es agente o corredor de seguros. Si está dentro del segundo, trate de conocer a qué organización, asociación u otra forma asociativa pertenece. Investigue la esencia y objetivo final de dicha corporación y quizá, cuando tenga conocimiento de todo esto el lector usuario del servicio Seguros se encuentre más protegido y confiado con quien delega la garantía de su patrimonio personal y/o profesional.